Más de 30 actos de cridà vividas.
He podido disfrutar todas y cada una de ellas como la primera. Y sí, siempre siguen el mismo guion. Un espectáculo, juegos de luces, la entrega de las llaves de la ciudad habla la FMV, aunque, de unos años para acá la FMIV también lo hace.
Un castillo de fuegos artificiales, nuestro himno regional y el nacional. Pero desde hace unos años y esté en concreto, más que un llamamiento para que vengan a visitar la mejor fiesta del mundo, parecía un macro festival.
Entre miles de personas se podía ver algún que otro traje regional, alguna banda de música y estandartes. Por lo demás, ninguna diferencia con un festival de música. Ojo, no tengo ningún problema con los festivales, pero no es el día.
Botellas por el suelo, gente con demasiado alcohol y no solo en las bolsas con las que llegaban llenas de botellas a los pies de las Torres, sí no también corriendo por sus venas… Baños improvisados en los callejones aledaños, peleas…
La cridà es un acto solemne y como tal, merece un respeto. Para todo lo demás hay más días y más lugares.