El proyecto de ampliación del puerto de Valencia, que supondría una inversión de más de 1.500 millones de euros y convertiría a la ciudad en un referente del comercio marítimo internacional, se enfrenta a la oposición del Gobierno catalán, que considera que perjudicaría los intereses de los puertos de Barcelona y Tarragona.
La Generalitat de Cataluña, liderada por Pere Aragonès, ha expresado en varias ocasiones su rechazo a la ampliación del puerto de Valencia.
Entre las medidas de presión que ha adoptado el Gobierno catalán para tratar de frenar la ampliación del puerto de Valencia se encuentran la presentación de alegaciones al proyecto, la solicitud de una nueva declaración de impacto ambiental, la denuncia ante la Comisión Europea por el uso de fondos europeos y la amenaza de recurrir a los tribunales.
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El Gobierno valenciano, por su parte, ha defendido la legalidad y la viabilidad del proyecto, que considera imprescindible para el desarrollo económico y social de la Comunidad Valenciana y de España. El presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, ha calificado de «injerencias» y de «ataques» las acciones del Gobierno catalán y ha exigido al Gobierno central que dé luz verde a la ampliación del puerto de Valencia cuanto antes.
La polémica se ha intensificado en los últimos días, coincidiendo con el anuncio de la visita del ministro Puente al puerto de Valencia el próximo jueves, El ministro ha asegurado que su visita tiene un carácter institucional y que no tiene previsto hacer ningún anuncio sobre la ampliación del puerto de Valencia.
Sin embargo, desde el Gobierno valenciano se espera que la visita del ministro sirva para desbloquear el proyecto y para demostrar el compromiso del Gobierno central con la ampliación del puerto de Valencia, que lleva paralizada desde 2019. El presidente Mazón ha afirmado que confía en que el ministro Puente anuncie la ampliación del puerto de Valencia este jueves y ha advertido de que no aceptará «más dilaciones ni excusas».
La ampliación del puerto de Valencia es uno de los proyectos estratégicos para el futuro de la ciudad y de la Comunidad Valenciana, que aspira a consolidarse como un hub logístico y comercial en el Mediterráneo. El proyecto consiste en la construcción de una nueva terminal de contenedores en el dique de abrigo del puerto, con una superficie de 137 hectáreas y una capacidad para albergar 5 millones de contenedores al año. La obra tendría un coste de 542 millones de euros y un plazo de ejecución de 58 meses, y atraería una inversión privada de más de 1.000 millones de euros.
La nueva terminal sería la más avanzada medioambientalmente del mundo, según la Autoridad Portuaria de Valencia (APV), que ha publicado el proyecto constructivo en su web para que pueda ser consultado. La terminal estaría totalmente electrificada, con suministro eléctrico a grúas, máquinas y buques, y la electricidad procedería en un 100% de fuentes renovables, lo que implicaría una reducción del 98% en las emisiones de CO2. Además, la terminal contaría con sistemas de automatización, predicción de tráficos, eficiencia energética e iluminación LED.
La ampliación del puerto de Valencia permitiría aumentar la competitividad del puerto, que actualmente es el cuarto de Europa y el primero de España y del Mediterráneo en tráfico de contenedores, con más de 5 millones de TEU (unidad equivalente a un contenedor de 20 pies) al año. El puerto de Valencia es un motor económico para la ciudad y para la Comunidad Valenciana, que genera más de 40.000 empleos directos e indirectos y aporta el 2,5% del PIB regional.